Vania Eris seguía cavilando sobre aquella extraña situación. Se preguntaba el porqué de eso. Debía haber estado ya, ella, haciendo otras cosas, sin embargo, se dedicaba en ese asunto que, sin duda alguna, no habría de terminar en un rato. Ahí ella, con la mirada perdida en ese cuarto gris, que siempre tenía ese lugar un aroma a papel reciclado. Tenía un montón de tareas que, a regañadientes, debía de hacer. Nadie se explica cómo es que ella terminó en un trabajo así. Eso no era lo importante ahora; las ideas en su cabeza eran prioritarias.
Ella, una persona realmente distraída, su aspecto lo decía. Ella era una persona alta, de tez blanca y con esos cabellos rizados y rojizos que siempre recogía. Sus ojos eran pequeños, y daban esa sensación como de despreocupación, de calma. Era una mirada que, en ocasiones, era confundida con haraganería y cinismo. Pero ella no era así, o al menos esta vez era excepción en cuanto a eso. Sabía que, si no hacía su trabajo, su jefe habría de importunarla por el resto del día. Para su desgracia él apareció.
—¿Te diviertes? —preguntaba un tanto desconcertado su jefe.
—Disculpa, bueno, no seas así, ya termino —decía mientras reía sardónicamente—. Sólo necesito un rato más, eso es todo.
—A mí me parece que no has hecho nada. ¿Sabes cuán importante es ese reporte? —exclamaba con cierta acritud.
—Sí, lo siento. —Se paró hacia donde había un montón de papeles—. Has de saber que me has ya encargado demasiado trabajo.
—Vaya, hurgarse en la nariz no parece que sea algo que te haya pedido.
—¿Qué? Espera, ¿acaso estás diciendo que no hago nada? —Comenzaba ella a irritarse—. Ya, vale, tendré esto hecho, vete.
Su jefe ya se había ido con cierta satisfacción por haberla molestado, pero no las ideas que seguían acosándola. Sin embargo, tomó el valor suficiente para ponerse a trabajar. Ya estaba empezando a hacer ese reporte, aunque de mala gana. Hacía todo mientras se preguntaba: "¿Por qué? ¿Cómo fue siquiera que le respondí al jefe así y no me dijo nada? Le falté al respeto, sí, hablándole como a un igual. Suerte tengo de que mis teorías hayan sido ciertas, y de que la práctica haya sido exitosa". Esas ideas que habían estado en su cabeza no habían sido más que su tesis sobre lo que ya había experimentado alguna vez.
Era seguro que podría hacer tanto con eso. ¿Pero cómo fue que descubrió eso? Ciertamente no fue por casualidad o azar. ¿Había podido manipular a alguien ya dos veces? Increíble, pero real. ¿Por qué ella? ¿Y por qué no? Simplemente ella, mujer que odiaba su trabajo, muy inteligente a pesar de su aspecto aletargado, ella era quien podía hacerlo.
http://www.flickr.com/photos/bellafaye8/6688395155/ is under a Creative Commons license:
http://creativecommons.org/licenses/by/2.0/
http://www.flickr.com/photos/bellafaye8/6688395155/ is under a Creative Commons license:
http://creativecommons.org/licenses/by/2.0/