sábado, 5 de julio de 2014

Otro sueño extraño

Así, otro sueño raro llegó hoy a mi mente. Aprovecharé que aún tengo la mente fresca para escribirlo. Pues bien, recuerdo desde una parte en que estaba yo hablando, en un tipo de vestíbulo de una mansión. Ahí, cerca de la puerta, estaban varias cajas con cosas, y otros objetos en estantes, repisas y sobre otros muebles. Estaba yo con una mujer que conozco. Esta persona me mandó un mensaje a un celular, acerca de que ella me regalaba las cosas que ahí estaban. Lo que recuerdo es que entre esas cosas había casetes de música. Fue algo extraño. Luego, caminé hacia otra parte de la casa.

Un tipo de jardín o de patio estaba en el exterior. Las entradas que daban hacia ese lugar estaban cubiertas por un vidrio de gran grosor, y puertas permitían el acceso entre ambos lugares, igualmente elaboradas con dicho material. Se podía ver hacia ese jardín, o patio, desde esa habitación de paredes de vidrio. Había dos cuartos que daban hacia ese lugar exterior. Las dos salidas estaban una frente a la otra, y separadas por una distancia de diez metros. El jardín, el patio, o lo que fuera, estaba entre estas dos salidas.

Yo estaba en uno de esos cuartos de paredes de vidrio. En el otro cuarto podía verse a otras personas haciendo un examen. Me vi de repente y también lo estaba haciendo, junto con otro individuo que apareció súbitamente. Un sujeto, que caminaba en el exterior, entró al otro cuarto para revisar que estuvieran haciendo el examen, y que no anduvieran copiando. Yo recuerdo haber visto unas seis personas en aquella habitación. El sujeto retiró a dos, luego las llevó hasta nuestro lugar. Ya éramos la misma cantidad de individuos en los cuartos. Esas personas, recién llegadas a la habitación, eran camaradas en la vida real, compañeros de escuela preparatoria.

Terminé mi examen. En la escena aparece un tipo que era de intendencia, o de mantenimiento, quizás. Me entregó una tarjeta de memoria. De algún modo la tiré, y esta se rompió, dejando así al menos una decena de fragmentos. Esto no me había afectado en lo más mínimo, pues yo había dicho: "¡Ah! Ya ni modo". Abandoné el lugar, ese que era protegido por tan impenetrable vidrio que permitía ver con toda claridad lo que había más allá de su defensa.

Caminé, y en el exterior había una piscina grande. Era de noche, y había algunas nubes de lluvia. Árboles rodeaban el lugar, al igual que próximo se encontraban unos escalones que conducían a una entrada de una parte elevada de la casa. En la alberca encontré a la misma persona que me había mandado el mensaje al celular. Entré. Me acerqué a ella, y ella me dijo: "Te amo, no quiero que te vayas". Esto me sorprendió demasiado; realmente nadie espera una cosa de este tipo. Y yo le respondí: "Te amo; sólo será un par de días". Ella lloraba, al igual que yo. La abracé ahí. Sabía que era el momento de partir.

Así, sin más, me despedí, agradeciendo antes por todo lo hecho. Sentí extraño al dejarla. Caminé por la subida con escalones. Seguí mi trayectoria. Pasaron unos segundos, y ya estaba yo caminando al lado de otras personas que se disponían a subir a una embarcación: lo mismo haría yo. Éramos, ni más ni menos, parte del Cuerpo de Infantería de Marina. Íbamos a una misión de unos días. Estábamos, en ese momento, en Aguascalientes, México. ¿Cómo era posible que hubiera un barco ahí, donde no hay mar u océano? ¿Una lancha pesquera, tal vez, en alguna presa o laguito? No, era un barco de gran tamaño, casi que podría decir que un portaaviones. Estaba ese barco sobre un río artificial de gran profundidad. Ahí vi a varias personas conocidas, compañeros de la universidad, formando parte de esta organización.

Ahora, el sueño cambia drásticamente. Ahora ya no me veía a mí, sino a otros, como si estuviera viendo un vídeo. Se trataba de bromas a personas. Se supone que estas portaban una especie de cascos que les permitían ver otras cosas, como para simulación virtual parcial, ya que podían ver, también, el mundo real. Estos cascos modificaban ciertas cosas del mundo real, sí, al menos en las mentes de sus portadores, formando ilusiones que les hacían creer que en verdad se habían modificado. Así, pues, primero apareció una especie de vídeo en donde se veían las ilusiones, como si, el que viera el vídeo, fuera quien tuviera el casco puesto. Ese vídeo en realidad fue terrorífico. Luego, otra toma apareció. Era la toma ya fuera del casco, para ver cómo se asustaban los demás.

Una escena final. Un hombre, cuidando de un parque, se encontró con unas muchachas que llevaban puesto el casco encima. Las muchachas se habían asustado, porque el casco les había hecho creer que el hombre era un monstruo. Ellas gritaron, y el hombre se asustó demasiado, tanto que esto lo condujo a tirarse a una piscina. Al final, este hombre entró a una esfera que rotaba, mientras esta estaba suspendida en el aire, sujetada por dos fuertes cables ubicados en dos puntos, lo más alejados el uno del otro, en la esfera.

Y bueno, esto fue todo... por ahora. Espero recordar más del sueño, claro, antes de estas escenas. Espero que les haya gustado. Saludos.